lunes, 29 de abril de 2013

Sueños.

Sueños. Sí, comienzo con esa palabra sin nada más, sin complemento directo, ni indirecto, sin circuncunstanciales, ni sujeto, ni verbo si quiera. Por que esa palabra tiene significado total y completo por si misma. Porque los sueños son quienes hacen que te levantes cada día, ni los deberes, ni el trabajo, ni el estudio, ni esas patrañas por las que pensamos que madrugamos, son los sueños nuestra verdadera razón. Los sueños que sabemos imposibles pero que guardamos en un rinconcito por si acaso, por si acaso algún día descubres que eres un gran jugador de fútbol y no lo sabías, por si de repente te cambia la voz y te vuelves un cantante de los que ganan grammys y suenan en todas partes o por si algún día coges una guitarra entre tus manos y resulta que tenías un don, por si acaso... Ese gran sueño de cuando eramos niños e ingenuos y pensabamos que la vida era fácil y que no hacía falta luchar, ni pelear por ellos, cuando no sabíamos nada del talento, ni de las notas, ni del mundo, cuando creíamos que tan solo con soñarlo se haría realidad. Sonrió con una mezcla de añoranza y felicidad al recordar esos sueños. La mayoría de ellos ya no está, ya no voy a ser médico, ni portera del Real Madrid, no voy a ser esas cosas totalmente imposibles que soñaba de pequeña. O quizás sí, no se... Quizás sí que lo soy, puede que no vaya a estar hoy entre los tres palos de la portería y puede que no le salve la vida a nadie jamás, pero supongo que soy quien soy hoy en parte gracias a esos sueños, supongo que hay un trocito de mi que sabe parar balones aunque tenga miedo a que del balón porque lanzan muy fuerte y a lo mejor no salve una vida en un quirófano nunca pero si de algo estoy segura es de que esos sueños siempre formaran parte de mi, aunque no se hayan cumplido, aunque sigan siendo totalmente imposibles. Aunque sean solo sueños imposibles escondidos por algún lugar de mi misma.
Porque Shakespeare dijo "Estamos hechos de la misma materia que los sueños" y a mi me gusta pensar que tenía razón, que yo estoy hecha en realidad de todos mis sueños, tanto de los cumplidos como de los que faltan por cumplir como de los que nunca se cumpliran 

miércoles, 10 de abril de 2013

Y yo que creía que no me habian enseñado nada realmente importante...

Hablemos de educación, hablemos de profesores, de lecciones, de notas y de niños y no tan niños. Hablemos de lo que significa, de lo que se requiere para ser profesor y que muchas veces falta. Y fíjate bien que estoy diciendo que vamos a hablar de educación y no del sistema educativo porque eso ya es de risa.

El otro día (hace ya bastante) hablamos en clase sobre este tema, hablamos sobre los profesores y lo que estos habían significado en nuestra vida, sobre lo que nos habían aportado y, para ser sincera, en ese momento no se me ocurrió absolutamente nada, no me vino a la cabeza ningún profesor que haya cambiado mi vida, ninguno que haya hecho grandes cosas así que como me pareció un poco triste empecé a reflexionar, a pensar seriamente.
Y llegue a la conclusión de que esto es realmente cierto aunque estoy segurisima y pondría la mano en el fuego para decir que he tenido profesores fantásticos, quizás la culpa es mía porque exigía demasiado, siempre exijo demasiado a las personas. No se por que, un defecto de fábrica supongo. Yo buscaba un profesor que me cambiara la vida, bueno no, que me cambiara a mi, yo quería a alguien que me dijera que era capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera, yo quería a un profesor que me dijera eso de "Si quieres, puedes" siempre, por todas las veces que pensé que no iba a poder. Pero no obtuve eso. Sin embargo mi profesora de francés de 3ªESO me recomendó que no me apuntara a francés en 4º porque no iba a poder sacarlo (no dijo eso exactamente, no utilizo las palabras, lo dijo su mirada), mi profesora de ingles de 1ºBACH logro que pensara que era totalmente nula para un idioma que siempre había creído que se me daba bien y mi profesor de matemáticas de 2ºESO consiguió que me bloqueara totalmente en sus éxamenes durante casi todo el curso, no pase del 1 en muchos de ellos.
Así que con el tiempo me desencante, deje de exigir, porque creo que medio entendí que a ellos no les importaba y me reté, me reté a mi misma y lo saqué. Pero el año pasado me callaron la boca, mis profesores del año pasado me callaron la boca pero bien. No hicieron que creyera que podía conseguir todo lo que me propusiera, no me dijeron día tras día "puedes conseguir lo que te propongas" pero hicieron algo más grande, mucho más grande, me enseñaron que sí que les importaba, que la gente buena existe, y que hasta abunda. Esos profesores de lo que tanto me quejé durante tantos años y meses, a los escuche más bien poco y contra quienes despotriqué a más no poder me dieron un "zas en toda la boca" digno de contar. 
Así que, aquí estoy escribiendo esta entrada para ellos, dándoles las GRACIAS porque estoy encantada otra vez, porque ahora creo en las personas de nuevo, porque vuelvo a exigir a las personas. Gracias por demostrarme que estaba equivocada, que los alumnos importan, que no solo importan las notas como yo creía, gracias por ese "zas en toda la boca", lo necesitaba, estaba empezando a amargarme demasiado.